La Columna|

Por Psic. Iliana Velázquez Cisneros

Coordinadora de Inclusión

Secretaría de la Mujer

Comité Central Ejecutivo

Podemos Mover a Chiapas

El tema de la familia es de suma importancia en el desarrollo de cualquier individuo, ya que es a partir de esta que se cimientan sus valores,  actitudes, emociones, personalidad, etc; es el contexto natural para crecer y para recibir auxilio, cariño y una educación afectuosa con habilidades que necesitan para ser parte de una sociedad.

Para muchos, una familia se define como una pertenencia a un grupo similar en intereses, apariencia, de la misma sangre y con costumbres similares, con personas que son parte de ti y tú de ellas.  Siguiendo esta línea sentimental muchos son los que opinan que lo que les une a una familia, es el amor, más que la sangre o las leyes.

Sin embargo, en las familias no solamente hay amor, puede haber muchas cosas menos amor. Por ejemplo: hay jerarquía, ideologías, costumbres sociales y transmisión de  religiones, siendo así mismo, el origen de prácticamente todos los traumas, miedos, carencias y  prejuicios que marcaran para siempre nuestras vidas.

Cabe mencionar que, en diversos contextos escolares, familiares y terapéuticos, se observa que la personalidad de los niños está formada en el seno familiar. Esto genera una gran responsabilidad que los padres tienen que asumir. es decir, cuestionarse y replantear que estamos enseñando a nuestros hijos?

No me refiero al aprendizaje de las normas sociales y educativas, si no con nuestro ejemplo, con nuestros valores, en el trato respetuoso hacia sí mismo y al ser humano, en el reconocimiento de las emociones (aceptarlas, hablarlas, expresarlas), en la comunicación que establecemos (si se toman y reciben opiniones con respeto, sin sentirse juzgado o criticado) , en el empoderamiento (si estamos ayudando a nuestro hijo a florecer y afirmarse como un ser único, auténtico e importante, alentándolo con esfuerzo y responsabilidad), en el respeto a las diferencias (abrazando y apoyando los distintos talentos y formas de ser y pensar), en el establecimiento de límites claros (no somos amigos de nuestros hijos, somos más que un amigo, eso les asegurara mantenerse a salvo sin coartar su autonomía), en ser humildes (no temer equivocarse y pedir disculpas cuando sea necesario, eso nos hará más humanos, más auténticos) ,en demostrar el afecto en todas sus expresiones (frases positivas, abrazos, gestos, etc).

El darnos cuenta de  la responsabilidad que tenemos en el desarrollo de nuestros hijos, en cuestionar, analizar y replantear nuestro papel sobre  lo que podemos mejorar y cambiar en las relaciones que establecemos con ellos,  nos permitirá generar un entorno familiar con el respeto hacia las distintas experiencias y personalidades de nuestros hijos, creando un ambiente de confianza y tranquilidad donde los hijos puedan preguntar con apertura diferentes temas, creando lazos de confianza y afianzando nuestra relación familiar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close Search Window