Por: Eleaneth García de los Santos
Secretaria de la mujer
Comité Central Ejecutivo

Todos
sabemos que la igualdad y la libertad a una vida libre de violencia y
discriminación, son la base y el principio fundamental de los derechos humanos
de toda mujer; así como también el pleno
goce de los derechos Económicos,
Sociales, Culturales, Políticos y Sociales, en los cuales no solamente se
prohíbe la discriminación entre hombre y mujer, sino que, se expresa de manera abierta el pleno goce y
disfrute de los derechos humanos para
ambos.
Por lo tanto, se deduce que la no discriminación es el principio de la igualdad y, que discriminar a una mujer, es discriminar ante todo sus derechos humanos y su libertad en todas las esferas. Ahora bien, en muchas ocasiones las expectativas basadas en cuestión de género, posicionaban a la mujer en un estado poco favorable en relación al goce de sus derechos, como el de la toma de decisiones sobre ciertas circunstancias, participar en el desarrollo político y económico, etc.
La mujer, hoy por hoy es el eje central de toda sociedad; por lo tanto, antes de reconocerla como mujer, en muchos lugares ahora se le da más su lugar como ser humano; sí, un ser humano de carne y hueso, que siente, que ama, que llora, que lucha día tras día y suma esfuerzos para promover y defender los derechos de todas. Un ser humano que poco a poco se ha ganado los espacios en todas las esferas.

Y, aunque a nivel mundial esos derechos aún carecen de limitaciones primordialmente por la existencia de la violencia física y psicológica, cada vez son más las mujeres, las comunidades e incluso “los hombres” que unen esfuerzos y luchan por hacerlos valer. Y gracias a esos esfuerzos se atienden casos personales de mujeres que han sido víctimas de injusticias y se apoyan en sus derechos humanos.
Poco a poco la mujer ha ganado el derecho a ser escuchada, a la planificación familiar, al voto, a administrar sus propios bienes, entre otros; y, los logros alcanzados a lo largo del tiempo, han sido y serán trascendentales puesto que, en la legislación y a través de la inclusión de la mujer, se han reemplazado algunas palabras, como por ejemplo: hombre por ser humano o persona; ya se hace alusión a la mujer y al hombre.
Eso se ha logrado gracias al desarrollo de la empatía, a la capacidad de trabajo en equipo, de llegar a acuerdos, etc., que tienen como ser humano y como mujer. Pero principalmente, gracias a la lucha constante de defender y hacer valer sus derechos, porque antes de ser mujeres, son seres humanos. Y por ende, antes de ser derechos de la mujer, son derechos humanos. ¡¡ Y juntas vamos a continuar luchando por ellos!!